Cuarto día

Antes del estado de alarma y de la epidemia por el Covid-19, algunos días días yo no salia a la calle. Este "confinamiento" voluntario lo practico desde que me jubilé. En casa estoy muy bien, gracias a Dios tengo conexión a Internet por fibra, smartphone, Ipad, una cocina amplia, maquina de coser, ventanas a la calle con amplias vistas y sol cuando sale. Si estoy en Canet, estar en casa es un lujo, jardín amplio, salón con chimenea abierta, un pequeño huerto, una zona del garaje adaptada para el bricolaje, herramientas, libros, ¿que más puedo desear?
en Canet
Hay días que cuando mi marido vuelve a casa, me pregunta si he salido y una de las cosas que le contesto es que, si fuera más observador, no tendría más que mirar si llevo pendientes, siempre me los pongo cuando salgo; cuando salgo también me visto para salir y me pongo zapatos, pero por casa voy o descalza o con zapatillas y vestida pero con ropa cómoda de estar por casa, pero no con pijama ni bata, para mí no es una opción, el pijama, el camisón y la bata solo son para salir de la cama.

el pequeño huerto del balcón
En el confinamiento actual, por ahora no he notado gran diferencia con el voluntario; me levanto a las 8.30 h y después de desayunar y del aseo personal, pongo en orden la casa para que la roomba campe a sus anchas por todo el piso, mientras tanto quito el polvo, limpio el cuarto de baño, si toca pongo la lavadora y tiendo la ropa o plancho, y mientras oigo la COPE. A las 10.30, después de vaciar el depósito de la roomba (parece mentira la cantidad de porquería que recoge), me siento ante el ordenador, leo periódicos digitales, miro mis cuentas de email y Facebook y leo un rato o hago labor. A las 14 horas comemos, claro, antes he preparado la comida. Después de comer veo "Saber y ganar" y después hago labores, oigo música, rezó el Rosario paseando por el pasillo de casa como mi abuela, leo y consulto Internet en el Ipad que siempre tengo al lado. A las 20,45 ceno, recojo la cocina y durante un rato veo la televisión antes de ir a dormir.
Mi vida tranquila y organizada se ha visto un poco alterada, ahora a las 10.30 sigo la Misa, que desde la Basílica de la Virgen de los Desamparados emiten por TV 8 Mediterráneo. A las 12 tañen las campanas de las iglesias de Valencia y recuerdan que es la hora del Ángelus. El Ángelus, una oración que suelo rezar diariamente, como también lo hace Gurb, el extraterrestre de la novela de Eduardo Mendoza: "Sin noticias de Gurb". Hago un inciso, si no habéis leído esta novela, os la recomiendo, es muy divertida.
Y luego a las 20 horas me asomo a la ventana para aplaudir; parece que los chicos de una residencia de estudiantes han tomado la batuta para dirigir este acontecimiento diario, por megafonía, a las 19.55 convocan al vecindario, se oye "Color esperanza" de Coti, se encienden linternas, se aplaude, ponen el Himno Regional que algunos corean y se despiden con el Himno Nacional. Resulta emocionante, por ahora muchas personas participan, esperemos que no se cansen.
Otra de las cosas que hay que hacer estos día de confinamiento, es la atención a los mensajes y chistes que circulan por Whatsapp, que no son pocos y te ocupa bastante tiempo.
Hasta mañana.