Hace unos días, hablando con Daniel, me dijo que había ido en
bicicleta a tirar cartas al buzón para dos compañeros del colegio. La carta seguramente
consistía en algún dibujo porque aún no sabe escribir. Ahora empieza a leer y ayer pensé que era
buena idea escribirle una carta.
Hoy tenía que
ir a la oficina de correos para solucionar un problema con mi tarjeta prepago
de Correos y así aprovechaba para mandar la carta a Inglaterra.
La primera
vez que salí a la calle desde que se impuso el estado de alarma, fue a correos,
era el segundo día de confinamiento y mi experiencia no fue agradable como ya
conté en el diario. La experiencia de hoy ha sido peor,ha sido francamente desagradable, aquel día
en la cola de la acera era la tercera, hoy al llegar tenía por delante unas 15
personas y se avanzaba muy lentamente, casi 45 minutos de espera, con la
mascarilla al respirar se me empañaban las gafas; al final he entrado he
mandado la carta, hasta aquí sin problemas, pero cuando he dicho que tenía
problemas con la tarjeta MasterCard, se han torcido las cosas. Me ha caducado,
por la app he visto que del saldo me han descontado los 6 € que te “roban” por
la renovación, pero la nueva tarjeta no me ha llegado, la tarjeta no me sirve
para comprar por la Internet porque cuando te piden la fecha de validez aparece
como caducada; respuesta de la funcionaria: “aguantese, a mí me pasa
lo mismo”, le he dicho que esa era una respuesta que no me vale, que necesito la
tarjeta, y continua, “trabajamos con servicios mínimos”, mi indignación iba en
aumento, se puede y se debe trabajar telemáticamente y el asunto de la tarjeta
se podría solucionar así, pero no, la negligencia de algunos funcionarios de
correos lo hace imposible; para acabar con mi paciencia, la incompetente de la
funcionaria añade “yo no tengo la culpa”, le ha faltado decir que la culpa es del
coronavirus, he tenido que morderme la lengua y he vuelto a casa.
Algo bueno parece que hemos aprendido de esta situación, ya parecemos ingleses haciendo cola, la
gente no se cuela y espera con estoicidad. Hacer cola es un rasgo de la cultura
británica, lo llevan en el ADN.
George Mikes
en su libro “How to be an Alien” (Como ser un Alien), dice que los ingleses
tienen una pasión nacional: el “queueing”, y ¿qué es eso del “queueing”? pues es hacer cola,
cola para todo, les encanta. Además hacen una cola ordenada, de uno en uno, no
se empujan, se puede abandonar la cola por un momento y se puede volver al
lugar original sin que nadie proteste, lo mismo que si se añade un familiar o amigo
y en las cola largas e inmóviles, pueden dejar una bolsa u objeto y al volver
recuperar el turno y el objeto. Increíble en España y en otros países. Hacer cola tiene su verbo en inglés: queue.
Eso lo sabe
bien Marina, una de mis fieles lectoras del blog y que hoy cumpleaños,
¡felicidades Marina!
| regalo para Marina |
Una efeméride de hoy: en 1915, tal día como hoy, falleció el Padre Coloma
al que se le
atribuye, erróneamente, la creación del Ratón Pérez. Desde luego fue el que lo
popularizó en España, en 1894 le encargaron que escribiera un cuento para el
futuro rey Alfonso XIII, cuando a los 8 años, le cayó un diente. Sin embargo, Benito
Pérez Galdós en la novela “La de Bringas”, escrita en 1884 y ambientada en 1868, compara al personaje Francisco
Bringas, al que pinta como avaro y tacaño, con el ratoncito Pérez. Si hizo
esta comparación es porque el ratoncito Pérez ya era conocido.
Precisamente este año, el 4 de enero, se cumplieron
los 100 años del fallecimiento de Don Benito.
Otra efeméride de hoy: en 1931 se proclamó la
Segunda República española, régimen que sucedió a la monarquía de Alfonso XIII,
al que precisamente el Padre Coloma dedicó su libro.
Y también tal día como hoy pero en 1912 naufragó
el Titanic al chocar contra un iceberg.Tarde tranquila leyendo y oyendo música. HdA.
Cena, un rato de televisión, y a dormir.
Hasta mañana.

