Cuando
a las 8.30 h suena el despertador, tengo la sensación de que como si fuera Phil Connors,
estoy atrapada en el tiempo, el día de la marmota se ha transformado en el día del coronavirus repitiendo cada día una y otra vez, enredados en un bucle de mascarillas, test,
datos de afectados por la Covid-19, ocurrencias y mentiras.
Hoy
es el día del libro, nos hemos quedado sin feria, sin rosas pero no sin libros.
Teóricamente, esta situación de confinamiento invita a la lectura. Puede
parecer mentira, pero en este confinamiento estoy leyendo menos de lo que se puede suponer; estos días tengo entre manos el IPad y estoy volviendo a leer un libro
divertido para pasar el rato: “Y a mi sobrino Albert le dejo la isla que le gané
a Fatty Hagan en una partida de póquer”
de David Forrest.
La
primera vez que leí el libro, me lo dejó un amigo; ahora lo tengo descargado en
ebook. No conozco ningún libro con un titulo tan largo.
Anoche,
pensando que hoy era el día del libro, estuve viendo una película que tengo
grabada: “La ladrona de libros”. Si no la habéis visto os la recomiendo, además
de ser una película bonita la encuentro muy adecuada para la situación que
estamos viviendo. Está basada en el libro de Markus Zusak, y cuenta la historia
de una niña dada en adopción, que aprende a leer, que roba libros y a la que le ocurren muchas cosas más; un libro que
transcurre en el infierno de una calle de Munich durante el régimen nazi, llamada,
ironía del destino, cielo; un libro con un narrador que desconcierta por su
ternura: la muerte. No sigo para no desvelar nada más, leed el libro si podéis,
es una joya.
Hace varias noches, estuve viendo otra película ambientada en la Segunda Guerra Mundial, "Una bolsa de canicas", película francesa de 2017 que cuenta las vicisitudes de un par de niños judíos que para salvar sus vidas tiene que dejar a su familia y viajar desde Paris hasta Niza.
Ver estos días estas dos películas además de distraerme han servido para darme cuenta de lo afortunados que somos. He llorado viéndolas, como lloro con otras películas, sin ir más lejos, cada Navidad viendo "Qué bello es vivir".
Hace varias noches, estuve viendo otra película ambientada en la Segunda Guerra Mundial, "Una bolsa de canicas", película francesa de 2017 que cuenta las vicisitudes de un par de niños judíos que para salvar sus vidas tiene que dejar a su familia y viajar desde Paris hasta Niza.
Ver estos días estas dos películas además de distraerme han servido para darme cuenta de lo afortunados que somos. He llorado viéndolas, como lloro con otras películas, sin ir más lejos, cada Navidad viendo "Qué bello es vivir".
Esta
mañana he salido a la calle, es la cuarta vez que salgo en esta cuarentena y
nunca mejor dicho, hoy se cumplen 40 días de confinamiento. Me he vestido con
el uniforma de salir: vaqueros para asegurarme de que mantengo la línea,
chaqueta con múltiples bolsillos para prescindir del bolso, y en ellos me pongo
las tarjetas de crédito, el DNI, el móvil y un paquete de toallitas impregnadas
de alcohol; me pongo el manos libres del móvil en las orejas, la mascarilla con
esparadrapo sobre la nariz para que no se me empañen las gafas y los
guantes. De las cuatro veces que he
salido de casa en el confinamiento, en 3 ocasiones he ido a correos y una a
Mercadona. Hoy mi experiencia en Correos ha sido muy distinta a la anterior, la
cola la misma, pero sin llovizna, el tiempo de cola se me ha hecho más corto,
he estado rezando el Rosario. El funcionario de correos ha sido amable, incluso
ha sonreído, he mandado un paquete a Inglaterra con el osito que terminé ayer y
pasatiempos que he hecho para los niños, he recargado la MasterCard de correos
y he vuelto a casa rezando las Letanías de la Virgen.
Al volver en Tv he seguido
la Misa que hoy se celebraba en el Monasterio de la Santa Faz en Alicante; por
el coronavirus se ha suspendido la romería, otra fiesta que se aplaza o se
suspende y las que quedan por suspender, la tomatina de Buñol que se celebra a final
de agosto ya se ha suspendido, los encierros de San Fermín también; la Feria de
Abril de Sevilla que hubiera empezado el próximo fin de semana primero pensaron aplazarla a septiembre pero
ya la han suspendido totalmente.
A
mis buenos lectores y amigos, os doy las gracias por los comentarios que haceis
en el blog y en Facebook en el enlace al blog. Me sentiré muy satisfecha si después
de haber leído la entrada de ayer habéis cambiado vuestra preocupación por
esperanza.
Por la tarde hemos intentado una videoconferencia de 12 personas para felicitar a Jacobo que está en Australia. Nos hemos visto las caras pero el sonido no ha funcionado
Por la tarde hemos intentado una videoconferencia de 12 personas para felicitar a Jacobo que está en Australia. Nos hemos visto las caras pero el sonido no ha funcionado
Tarde
tranquila, lectura, música. A última hora de la tarde conexión por Facetime con Inglaterra. Los niños estaban felices porque les han gustado mucho los comecocos que les hice y les mandé en una carta.
HdA y van 40. Cena un rato de televisión y a dormir. Hasta mañana.
HdA y van 40. Cena un rato de televisión y a dormir. Hasta mañana.

