Día vigésimo segundo

Empieza hoy la tercera semana de confinamiento y la Semana Santa más rara que nunca pude imaginar.

Hoy es domingo de Ramos, la mayoría de las Iglesias cristianas celebran la entrada de Jesús en Jerusalén montado en un borrico entre un gentío que con palmas y ramos de olivo lo aclamaba, cumpliéndose así la profecía que recoge el libro de Zacarías del Antiguo Testamento y que relatan los Evangelios.
Pedro de Orrente - Museo del Hermitage
Comienza con un punto de júbilo una semana que cuando yo era niña, cuando el tiempo pasaba igual que ahora pero a mi me parecía que lo hacía más lentamente, era muy seria.
En las iglesias, las imágenes de los santos se cubrían con un paño morado, en la radio se escuchaba música sacra, durante la carta de ajuste de la televisión (porque entonces  había carta de ajuste y solo un canal) ponían música que invitaba al recogimiento, el Requién de Mozart o la Pasión según San Mateo de Bach y emitía películas como Ben-Hur, La túnica sagrada, Barrabás o Quo Vadis? 
Mi madre no cantaba ni nos dejaba poner el tocadiscos.
Cuando era niña iba a la Misa del domingo de Ramos con “mis mejores galas” y con una palma rizada que me regalaba mi abuelito Salvador.
Pasaron los años, llego el Concilio Vaticano II  y todos estos signos externos de recogimiento y duelo desaparecieron, no se cubren las imágenes, cambiaron mucho las formas de practicar la liturgia y el culto. Y si ha habido cambios en la Iglesia, ni te cuento los que ha experimentado la sociedad civil; la mayoría de las cadenas de televisión siguen con su programación habitual, en muchos casos vulgar e inadecuada. En el ánimo de cada uno está el seleccionar que hace y que ve.
Los que queríamos ibamos a los Oficios, pero este año no va a poder ser.  La pandemia ha trastocado de tal forma nuestra vida, que solo es posible celebrar esta semana en la intimidad de nuestras casas y  seguir los Oficios en alguna cadena de televisión, en Trece por ejemplo.
 He podido seguir la Misa del domingo de Ramos celebrada por el Papa en la basílica de San Pedro.
En dos ocasiones en las que he estado en el Vaticano, he visitado la Basílica pero hasta hoy no había podido apreciar una visión inaudita de este templo gracias a las cámaras: la basílica sin turistas y con planos de cámara que permiten ver detalles que de otra forma no se aprecian. 
En uno de mis viajes a Roma, tuve la fortuna de hacer una visita privada a la Capilla Sixtina y a los Museos Vaticanos, todo un lujo. No se permitían las fotos, pero alguna hice con más riesgo de ser descubierta porque éramos un grupo muy reducido.
Todo ha cambiado mucho y en este momento me viene a la memoria la extraordinaria transformación del aeropuerto de Alicante, y os preguntaréis ¿por qué?. En los últimos 18 años he ido al Altet en muchas ocasiones y he visto como ha cambiado. En la pequeña sala de llegadas que había entonces,se exponía en una vitrina una palma rizada espectacular. La palma blanca es una artesanía tradicional de Elche, donde precisamente está ubicado el aeropuerto. La producción de la palma blanca es un proceso muy laborioso y totalmente artesanal. Se consiguen las palmas blancas con un encaperuzado que impide que la luz del sol las haga verdes. Con el trenzado de la palma se hacen las palmas rizadas, algunas son verdaderas filigranas como la que se encontraba en la vitrina del aeropuerto. El aeropuerto ha crecido y no sé si en algún lugar sigue la palma que me maravillaba cada vez que la veía.
Día tranquilo. Facetime con los niños; Daniel nos ha contado que están haciendo "una carrera" y él por ahora va el primero, su pepita de girasol ha sido la primera en germinar, cada uno ha plantado una pipa, las han identificado con una estacas (la suya por supuesto de color verde) y a esperar a ver cual crece más aprisa. 
La HdA.
Cena, un rato de televisión y a dormir.
Mañana será otro día y van veintidós.

- Pedro de Orrente, un pintor del barroco español que nació en Murcia en 1580 y murió en Valencia en 1645