La buena noticia es que ayer cumplió 100 años el Capitán Tom Moore.
Este señor, un anciano venerable, es un ex oficial del ejército británico que sirvió en la India y en la campaña de Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. Diagnosticado en 2018 de un cáncer de piel, es portador de tres prótesis, una de cadera por una fractura y dos de rodilla y camina con ayuda de un andador; el capitán Tom, como se le conoce cariñosamente, se planteó el reto de caminar por el jardín de la casa de su hija, en donde vive, 100 veces antes de cumplir el siglo de vida, el objetivo era recaudar1,000 £ en su página JustGiving, para donarlos al Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés). Sus expectativas se han visto sobrepasadas gracias a múltiples donaciones, el Capitán Tom ha recaudado más de 30 millones de libras. Y los ingleses y su primer ministro Boris Johnson ayer lo felicitaron y le mostraron su agradecimiento.
Es parte de la cultura inglesa el organizar y practicar la ayuda desinteresada en comercios, escuelas y asociaciones organizando rifas y eventos para recaudar fondos para diferentes "cruzadas".
Me encanta la costumbre inglesa de las “charity shop”, que venden productos usados a bajo precio y dan sus ganancias a organizaciones de caridad. Y en otro orden de cosas, también me gusta la costumbre del “car boot sale”, si os apetece, leed la entrada en el blog "Cosas mías".
Estas cosas son impensables en esta España de mis pecados.
Y vuelvo a la realidad de mi país.
Para manipular no hace falta mentir, basta con no decir la verdad u omitir el tema que interesa. Para manipular no hace falta convencer, hay que repetir una y otra vez en los medios de comunicación imágenes e ideas cargadas de intención ideológica.
El lingüista Noam Chomsky elaboró una lista con las “10 Estrategias de Manipulación mediática” a través de los medios de comunicación. En esta crisis se han usado todas. Enumero las claves y cada uno que opine. Si alguien quiere conocerlas a fondo en Google encontrará información completa.
1. La estrategia de la distracción
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones
3. La estrategia de la gradualidad; para hacer que se acepte una medida
inaceptable, basta aplicarla gradualmente
4. La estrategia de diferir. Otra manera de
hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y
necesaria”
5. Dirigirse al público como criaturas de poca
edad
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que
la reflexión
7. Mantener al público en la ignorancia y la
mediocridad
8. Estimular al público a ser complaciente con
la mediocridad
9. Reforzar la autoculpabilidad y
10. Conocer a los individuos mejor de lo que
ellos mismos se conocen y así el sistema ejerce un control mayor y un gran
poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos
Y a propósito de la manipulación, también me parecen curiosas algunas frases de gente “famosa”:
“Las sociedades liberales muchas veces son manipuladas por una supuesta libertad de expresión detrás de la cual se esconden intereses de dominación.” Se atribuye, nada más y nada menos, a Hugo Chavez.
José Luis Sampedro dijo: “¿La gente está loca? No, la gente está manipulada.”
Y Punset afirmó: “Aislamiento, control, incertidumbre, repetición del mensaje y manipulación emocional son técnicas utilizadas para lavar el cerebro.”
Por eso me parece una gran tragedia la ignorancia. Una ignorancia que hace muy frágiles a los ignorantes, que permite que sean dominados por mitos, dirigidos por la publicidad organizada, ideológica o no; los ignorantes renuncian, sin saberlo, a la capacidad de discriminar y decidir por ellos mismos. Yo cada día rezo por ellos. Y estas cosas me hacen pensar en algunas ideas de Ivan Illich.
El Ivan Illich al que me refiero no es el personaje de Tolstoi.
Fue un polémico y polifacético autor austriaco que entre otras cosas decía “Es una característica de esta sociedad superindustrializada que la gente desee ser enseñada, movida, tratada o guiada en lugar de aprender, curar y encontrar su propio camino”
Y otras perlas del Illich:
- “La medicalización de la vida no es sino un sólo aspecto del dominio destructor de la industria sobre nuestra sociedad… Las estrategias médicas fracasan porque concentran demasiados esfuerzos en la enfermedad y muy escasos en cambiar el ambiente que enferma a la gente…”
- “Una sociedad que valora la enseñanza planificada por encima del aprendizaje autónomo no puede sino enseñar al ser humano a sujetarse a su lugar mecanizado….”
Para mantener la salud mental, ya hace tiempo que se recomienda, evitar la sobreinformación y las noticias no contrastadas. Hubiera sido bueno en esta crisis, contar con "información oficial" digna de crédito, pero precisamente la información "oficial" ha sido la peor. Al principio de esta pandemia me suscribí a las noticias del Gobierno Británico. Cada novedad institucional se me comunica por email, yo elegí recibir la información diariamente.
La metáfora bélica que se ha utilizado en la información de la crisis del coronavirus no me parece adecuada. No estamos en guerra, esto es una crisis sanitaria, económica y social, es una catástrofe. Los discursos de Pedro Sánchez desde que estalló la crisis del coronavirus tenian al principio un marcado carácter belicista.
De hecho, ese eslogan repetido hasta la saciedad desde los pasillos del Gobierno de que se "hará lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga falta", no es nuevo, sino que ya lo utilizó Bush en el discurso del Estado de la Unión de 2003. De hecho, Bush también utilizó frases como "ganaremos esta guerra unidos" o "nuestra unión nunca ha sido más fuerte". Frases sorprendentemente similares a las pronunciadas por Sánchez durante estos días de crisis. "Obtendremos una "victoria total" frente al enemigo".
Las consignas belicistas que se escuchaban sin cesar pretende imponer en la población una conciencia de estado de guerra que permita mantener a la ciudadanía del lado del Gobierno.
El gurú de Sánchez, Iván Redondo, por emular a los líderes norteamericanos, le ha llevado a límites insospechados.
Parafraseando a Churchill en dos ocasiones ha dicho: "resistiremos" y el sábado 5 de abril parafraseando a Kennedy, Pedro Sánchez dijo: " ¿Qué puede hacer vuestro país por vosotros”
El presidente usaba una retorica pomposa, un lenguaje bélico porque necesita que esto sea una guerrra para buscar un enemigo, para no responsabilizarse de la situación actual y para ser el vencedor de la guerra contra el virus; quiere presentarse como el gran lider que nos tuvo confinados para protegernos.
Se ha impuesto la metáfora de la “guerra” como justificación de las medidas radicales tomadas contra el virus. Hablan de una “contienda bélica” y de una “guerra irregular” en la que todos “somos soldados”, invocando una “moral de combate” y reivindicando los “valores militares” para afrontar la amenaza colectiva. Incluso la titular de Hacienda declaró que «estamos en guerra con otros países para conseguir material sanitario chino»
Pero creo que se han dado cuenta y ya las alusiones a "la guerra contra el coronavirus" han disminuido.
Que les quede claro: esto no es una guerra ni nunca lo ha sido, es una epidemia, un problema sanitario, una catástrofe en la que la gente sufre y muere por una enfermedad que no se supo o no se quiso prevenir ni gestionar en condiciones. La única victoria será de la ciencia y eso no depende de Sánchez.
Y ya puestos les convendría saber a esta gente que nos desgobierna lo que dijo William Westmoreland: "Los militares no comienzan las guerras. Los políticos comienzan las guerras" y también lo que dijo Aristóteles: "No es suficiente ganar la guerra, es más importante organizar la paz"
Mi hermana Herminia me ha mandado por Whatsapp un ramito de muguet porque es costumbre francesa regalarlo el primero de mayo.
Yo
también os lo quiero regalar.
Tarde
tranquila, día soleado. Me he cosido una mascarilla de color arena dorada para cuando salga que me quede bien con cualquier prenda de ropa que me ponga, mientras he estado oyendo a Simon&Garfunkel (no me gusta nada el ampersand del tipo Trebuchet, que es el que utilizo para escribir el blog). Si tienes curiosidad por el ampersand puedes hacer click aquí y serás remitido a la entrada del blog "Cosas mias".Salgo al balcón justo a las 20 horas, aplaudo un minuto, ponen el Himno Nacional, lo escucho y adentro de casa.
Cena, un rato de televisión a dormir, mañana será otro día.





