Día trigésimo sexto


Hoy domingo, el Gobierno de la Generalidad Valenciana, ha declarado luto oficial en toda la Comunida por las víctimas del coronavirus.
Nos han convocado al mediodía a tres minutos de silencio para recordar a los fallecidos en esta crisis y expresar el pésame desde los balcones.
La declaración institucional dice que la sociedad valenciana se encuentra «conmocionada por los graves efectos en la salud pública» provocados por la COVID-19. Con esta declaración de luto oficial, trata de «solemnizar el pesar de todo un pueblo y de su institución de autogobierno».
El luto oficial es un signo externo que hacía falta; cuando una sociedad sufre una tragedia de la magnitud de la que estamos viviendo, las instituciones deben decretar el luto que se expresa por silencios y con banderas que ondean a media asta.  Esta manifestación es un lenguaje universal que todo el mundo acepta y respeta. Las victimas merecen una expresión pública de dolor por encima de ideologías e intereses partidistas.
Y cada cual, a partir de ahí, puede hacer la interpretación que le parezca, yo quiero creer que a los políticos en esta ocasión los mueve un sentimiento de dolor y un respeto verdadero a las victimas. Algunos pensaran que es una muestra más de cinismo, podría ser, hay gente para todo, para creerlo y para ser cínica. 
Los hay que también son muy críticos con los aplausos y las canciones en los balcones, no se unen a estas manifestaciones que se producen a las 8 de la tarde. No entienden que la gente pueda “estar alegre” estos días. Y ¿quién les ha dicho que estamos alegres?
Los aplausos y las canciones empezaron como muestra de gratitud al personal sanitario en esta crisis, también como gratitud a los miembros de las fuerzas de Seguridad del Estado, a los comerciantes, a los transportistas y a todos los que trabajan para que esta situación la vivamos de la mejor manera posible.
Todos tenemos derecho a sentirnos mal, a estar triste, a no tener ganas de nada. Tenemos sentimientos negativos y los podemos expresar o callar, la situación está siendo dura para todos.
Nadie debe de interpretar la intención de las manifestaciones personales sin conocer sus razones.
Yo no salgo a aplaudir porque me sienta alegre, ni me siento manipulada por los que organizan estos momentos de barrio. Yo salgo a expresar mi gratitud a todos, quiero que los vecinos mantengan el ánimo, se encuentren acompañados, sientan que en estos momentos todos queremos lo mismo, que esto termine. Desde mi balcón he visto a vecinos que no había visto en mi vida, veo a una viejecita que está sola, que el día de Viernes Santo, cuando no pusieron música por el día que era, con gestos pedía que elevaran el volumen, debe de ser sorda, es una anciana entrañable. Se felicitan cumpleaños, hay vecinos que el día de su cumpleaños nunca pensaron que recibirían tantos aplausos y felicitaciones como estos días. Non sentimos acompañados.
Los que critican los aplausos y canciones dicen que estas manifestaciones alegres, que no de alegría,  no curan enfermos, no proporciona material a los sanitarios, no resucitan muertos, de acuerdo, pero tampoco se solucionan las cosas con los signos de duelo.
Para otras cosas no, pero para salir a las ventanas a aplaudir somos libres, el que quiera  que salga al balcón y el que no, pues que no aplauda.
calopteryx haemorrhoidalis - Montanejos
He hecho un “banoffe pie”, un dulce típicamente inglés, muy fácil de hacer y que está riquísimo, su historia es muy corta, solo tiene 48 años y  a Margaret Thatcher le gustaba hacerlo y comerlo. A mí también. 

Por la tarde, en la conexión habitual de los domingos con Inglaterra, por Facetime le he enseñado a Daniel a hacer una “hélice con papel”. Ha aprendido enseguida.
La HdA adaptada al día de luto, con los 3 minutos de silencio, que a esta hora si se notan, porque a las 12 del mediodía cuando los ha programado el gobierno, no se han notado, ¿como se iban a notar si todo el día las calles están en silencio?.
Ayer me divertí un montón preparando y escribiendo la entrada del blog. Hoy me he puesto seria, el día lo merece.

Buenas noches. Hasta mañana.