Día vigésimo séptimo

Viernes Santo, mirando a Cristo crucificado pienso en todos los que están viviendo momentos de dolor y mi oración va por ellos y por todos.
Cristo de Velázquez (1632)
Museo del Prado
Ayer decía que cuando hablo de la Semana Santa de Sevilla me embalo, y este fue el motivo por el que en 1990 viví una Semana Santa muy especial.
Una noche de octubre de 1989 cenábamos un grupo de personas unidas por lazos familiares y de amistad; no sé porqué empecé a hablar de la Semana Santa sevillana, mi entusiasmo contagió a todos, quisieron conocer esta fiesta y organizamos un viaje a Sevilla. Maripi se encargó de buscar y reservar un hotel y yo me encargué de todo lo demás.
Para todo el grupo, la significación religiosa de esta fiesta era importante.
Éramos 10 adultos y una niña, Lucia, que entonces tenía 10 años; me consideraba incapaz de estar con todos y al mismo tiempo; estaba segura de que durante las procesiones, en una ciudad para ellos desconocida y llena de gente, nos dispersaríamos, temía perderlos en una bulla. Por eso organicé, en enero, una reunión en casa para instruir al grupo y explicarles de que iba el tema, conseguí planos de Sevilla para todos y les dí pautas y recomendaciones, y por escrito les facilité un guión para seguir las procesiones. El viaje estaba muy bien organizado y todos estábamos con una ilusión tremenda.
El día 21 de marzo de 1990, el primer día de la primavera, Maripi murió. El grupo, entre el que se encontraba su marido, a pesar del dolor y la tristeza, decidió no suspender el  viaje.
Y el día 11 de abril, en coche salimos hacia Sevilla. ¡Que bonitas estaban las cunetas de la     carretera por la Mancha, llenas de amapolas!
Nuestro Padre Jesús del Gran Poder
tomada del FB de un amigo
El hotel que Maripi había reservado estaba en Triana. Era miércoles y después de comer nos lanzamos a la calle dispuestos a empezar a vivir la Semana Santa, cruzamos el puente de Triana, la primera cofradía con la que nos íbamos a encontrar era el Baratillo en Reyes Católicos y cuando pregunte si todos estaban preparados para mezclarse con el gentío me dijeron que el plano de Sevilla y la documentación que les había facilitado se la habían dejado en Valencia,¡no podía ser! Teníamos que ir todos juntos, tenían que seguirme, no podía dejarlos solos y sólo el que conoce Sevilla y su Semana Santa sabe lo que en ese instante sentí: una responsabilidad enorme por el temor a  perderlos entre la multitud. Todo discurrió sin incidentes, no perdí a ninguno y vimos todas las procesiones que nos habíamos propuesto, Madrugá incluida, hasta el Domingo de  Pascua que regresamos a Valencia.
Nazarenos de la Hermandad del Silencio
Todos los momentos son emocionantes al ver pasar los pasos y los nazarenos, pero en aquella Semana Santa las sensaciones fueron indescriptibles, no tengo palabras para expresarlos y por eso no lo voy a hacer. Dejo a vuestra sensibilidad e imaginación su interpretación.
Todos lo pasamos muy bien, hubo momentos para todo, para la oración y recogimiento y para la diversión, en la calle Pureza, esperando la vuelta a su templo de la Esperanza de Triana, vimos a Carmina Ordoñez y en un balcón vimos a Lola Flores que con una falda corta y 67 años, enseñaba unas piernas estupendas.

El día gris y el silencio en la calle invitan a la serenidad y a la meditación. 
Retrato de Dido Elizabeth Belle Lindsay (1779) Johann Zoffany. Scone Palace, Perthshire, Escocia

Después de comer he visto en tele5 la película de Amma Asante, Belle  por esta vez han programado una película bonita y adecuada a estas fechas.
Tenía la posibilidad de seguir el Oficio del Viernes Santo en 8-Mediterráneo  o en TreceTv, creo que he acertado con la elección que he hecho, he escogido Trece y la celebración en el Vaticano, la predicación del capuchino Raniero Cantalamessa me ha parecido magnifica.
Enlace a la Homilía.
HdA con aplausos y sin música. Vía Crucis en televisión desde la plaza de San Pedro, con metidaciones en cada estación sobrecogedoras. Buenas noches. Mañana será otro día.