Noveno día

Como decía el cuarto día, mi actual rutina diaria no es muy distinta a la de antes del confinamiento hasta las 10.30 h.
Suena el despertador a las 8.30 (sigo practicando " el minuto heroico"), desayuno, aseo personal y limpieza de casa con la ayuda inestimable de la roomba. Ahora, a las 9.58 me suena una alarma en el móvil para avisarme de que va a empezar la Santa Misa en la televisión (ya lo comenté en la entrada del cuarto día). Silencio el móvil y me recojo en la cocina donde tengo un televisor en la zona de estar.
Cuando trabajaba (ahora estoy felizmente jubilada), era de Misa diaria, en la capilla del hospital a las 7.30 la celebraban. Cuando el sacerdote celebrante era el Padre Henry, para mí era un lujo, la homilía que no duraba más de 3 minutos te animaba, te hacía ver lo afortunados que somos por tener Fe y al salir cruzaba el patio y entraba en el hospital dispuesta a trabajar con alegría. Como lo echo de menos. Henry Kowalczyk, en mi opinión, el mejor capellán que ha tenido el hospital. 

Gracias a Dios, gestiono muy bien mi tiempo, me gusta el orden, la puntualidad; hago listas, me pongo alertas en el móvil y me organizo estupendamente. Ahora además de las alarmas habituales he incorporado dos, la de la Misa y la de la hora de los aplausos.
He adornado con globos uno de los balcones y en el otro, he puesto en la barandilla las luces del árbol de Navidad y a los 8 pm las enciendo mientras dura la cita vecinal.
Ayer además de los aplausos por tanta gente que se los merece, hubo felicitación de cumpleaños para un par de vecinos. Es divertida y emocionante "la hora de los aplausos".
 Ayer nos anunciaron que este tiempo de confinamiento se va a prolongar al menos hasta el 11 de abril. De esto, lo que más me preocupa es que me voy a quedar sin lana y algodón haciendo labores. El T-rex en amigurumi, que Daniel me pidió casi está terminado, me han encargado un osito y otro dinosaurio pequeño. Ayer, por Facetime, le dije que los abuelitos no podíamos salir de casa, que las tiendas están cerradas y que solo se puede comprar comida y medicinas, me dijo "pues compra por Internet" (solo tiene 5 años). 
He empezado a hacer el osito, espero tener bastante hilo de algodón para terminarlo, lo haré despacio para tener labor que hacer durante más tiempo.
Para la cita de las 8 tengo mi kit preparado, un poncho de lana para abrigarme, la linterna y las manos dispuestas para aplaudir.
Buenas noches y hasta mañana.

2 comentarios:

  1. Qué inteligente que es Daniel, y sobretodo observador. Y luego hay gente que dice que los niños no se dan cuenta de las cosas.
    Oye, me ha picado la curiosidad: ¿De dónde era Henry Kowalczyk? Por su nombre me arriesgaría a adivinar, pero nunca se sabe.

    Un beso.

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  2. El P. Henry es de EEUU pero sus padres, como imagino que sospechas, eran polacos.
    Tú que conoces a Daniel, sabes que no es pasión de abuela.

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