Séptimo día

El sábado pasado, hace ya siete días, estaba en mi casa de Canet, disfrute durante el día del jardín y luego por la tarde y noche estuve leyendo y haciendo labor delante del fuego. El gobierno publicó en el BOE el Real Decreto 463/2020, por el que se declaraba el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Nos confinaron, por ello el domingo a las 6 de la mañana, cerramos la casa, subimos al coche y nos vinimos a la ciudad. En Canet hubiera tenido el jardín, la chimenea y para las compras, muy cerca tenía tanto Consum como Mercadona; pero la casa de Valencia no la habíamos dejado en condiciones para estar ausentes durante mucho tiempo.
La ciudad, para estar confinados, tiene sus pros y sus contras, no tengo jardín, pero las vistas desde mis ventanas son amplias y la orientación es sudeste, soleada y muy luminosa. Mercadona a menos de 20 metros. A las 8 pm en el barrio se aplaude, en Canet no oiría nada, reinaría el silencio, estaría demasiado aislada.  En la ciudad es otra cosa, te asomas por la ventana y ves algún vecino paseando a su perro, gente con bolsas de compra y por la noche el vecindario se une en una manifestación de solidaridad.

La campaña anónima surgida en las redes sociales para aplaudir al personal sanitario ha tenido una respuesta masiva. La iniciativa sigue el ejemplo del reconocimiento que la sociedad italiana hizo a la labor de sus sanitarios. En el barrio, un grupo de jóvenes asumió la organización de esta cita. Cinco minutos antes de las 8 pm ponen la canción "Color esperanza" y animan a la gente a asomarse a sus ventanas y balcones y organizan los aplausos, los vítores a todos los trabajadores sanitarios, a las fuerzas de orden público, transportistas, dependientes y cajeros de las tiendas de alimentación y farmacia... en fin los aplausos, la luz de las linternas, las palabras de agradecimiento y ánimo se dedican a todos los que con su trabajo y esfuerzo hacen que esta situación sea más llevadera. Durante las Fallas ponían por la megafonía el "Himno de la Coronación de la Virgen de los Desamparados". 

Ayer me propuse conocer quienes eran estos chicos que con tanta ilusión dirigen este acto cada noche. Lancé un mensaje por Facebook, por ver si alguno de mis contactos sabía algo. Las ventanas por las que emiten se sitúan sobre un Club del Opus, el Coll Vert. Busqué si el club tenía perfil en Facebook, y como lo tenía lo encontré, envié un mensaje preguntando si eran ellos. Y sorpresa, esta mañana tenía contestación a mi mensaje ¡hurra! son ellos y por ahora han habilitado una dirección de correo electrónico, que imagino esta noche anunciaran, para que estemos en contacto todos lo vecinos. Estoy feliz, ya los conozco y puedo agradecerles la labor que están realizando para que este confinamiento sea mejor, no estamos solos, estamos todos unidos en este combate. 
El día ha transcurrido tranquilo, con Santa Misa a las 10.30 en la televisión; para comer he hecho unas patatas a la riojana que han salido buenísimas, una rato de costura y lectura y la cita para los aplausos.

de Franco Rivolli

Esta noche para mi ha sido especial. Los jóvenes del Coll Vert, cuando esta mañana me han escrito, me han dicho que una de las canciones que por la noche ponen la elegirían los vecinos y como he sido la primera en contactar con ellos, me han concedido el honor de ser la primera en elegir la música de hoy; y pensando en el pueblo italiano he dicho que pusieran El Coro de los Esclavos de la opera Nabucco de Verdi. Y así lo han hecho. Ha sido sido muy emocionante oír mi nombre y la canción.
Y ha pasado un día más. Hasta mañana.