Undécimo día

Quiero en esta entrada aclarar algunos términos para que hablemos y escribamos con propiedad. 
Las acepciones de epidemia y pandemia y su etimología están claras en el diccionario de la R.A.E. Su uso en estos días es correcto, pero no se da esta corrección cuando se habla de la Covid-19. Me explico, se confunde a la enfermedad con el virus que la causa. Covid-19 me suena a cooperativa vinícola y como se refiere a una enfermedad debe de ir precedido por el artículo femenino la.
Los coronavirus, como todos los virus animales, tienen una estructura que consta de la envoltura y la nucleocápside.
Los coronavirus humanos fueron descritos por primera vez en la década de 1960, se encontraron en la cavidad nasal de pacientes que presentaban un resfriado común.
El coronavirus que ahora nos trae de cabeza es el SARS-CoV-2. 
El genoma de este virus está formado por una sola cadena de ARN.
Los virus no se pueden considerar organismos vivos por sí mismos, necesitan la célula de otro ser vivo para sobrevivir. Infectan cuando penetran en la célula de un animal o un ser humano, y entonces se multiplican y extienden la infección por todo su cuerpo.
La piel sana supone una barrera para el virus, pero no así las mucosas. Por ello la recomendación de no “tocarnos la cara”, es decir los ojos, la nariz y la boca.
Los virus tienen una estructura muy sencilla: un núcleo de material genético que le permite multiplicarse, unas proteínas externas que le permiten engancharse a las células del ser vivo que infectan y una envoltura lipídica protectora. La envoltura vírica del  SARS-CoV-2 es una bicapa lipídica relativamente sensible a la desecación, al calor y a los detergentes, ya que en estas circunstancias se disuelven los lípidos y los virus quedan inactivados.
De ahí la importancia del lavado de manos con jabón; el jabón puede disolver la membrana de grasa y altera la estructura del virus, que pierde la capacidad de adherirse a otras células e infectarlas.
La COVID-19 (acrónimo del inglés coronavirus disease 2019) es la enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2. El virus fue descubierto y aislado por primera vez en Wuhan, China, en diciembre de 2019, tras provocar la epidemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020.
En resumen: SARS-CoV-2 es el virus y COVID-19 es la enfermedad por él causada.
Aunque nos parezca un virus dañino y despreciable, no se puede negar que sus imágenes son muy bellas.

Me han mandado desde Inglaterra las fotos, que con una gran dosis de humor, mi hija califica como el descubrimiento por parte de mis nietos del coronavirus en el bosque.

En la Misa de hoy, los sacerdotes visten ornamentos blancos porque celebramos el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Dentro de 9 meses será Navidad, pero en estas circunstancias vemos lejos este tiempo de alegría. Cuando entonces las familias y los amigos estemos reunidos, recordaremos estos días de aislamiento y soledad, y nos parecerá mentira lo que ahora estamos viviendo.

He dedicado parte del día a escribir una nueva entrada en mi otro blog, "Cosas mías", no he podido pasar por alto el 50 aniversario del cierre de la estación de Canfranc, una estación preciosa.
Hoy he faltado a la cita de los aplausos. He estado siguiendo en Trece Televisión el rezo del Santo Rosario desde la Basílica de Fátima y la consagración de la Península Ibérica y sus islas al Corazón de Jesús y al de la Santísima Virgen.
Sigue el cielo gris y el día ha pasado tranquilo.
Un día más y un día menos. Hasta mañana.


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