Día trigésimo quinto

Esta mañana he bajado a Mercadona. Me he puesto vaqueros para comprobar que la báscula de baño no me engaña; los vaqueros es la mejor manera de saber si engordas, el pantalón ha entrado bien, será verdad que sigo pesando 56.5 Kg. como me dice la báscula del cuarto de baño.
También me he puesto pendientes, no se han cerrado los agujeros de las orejas.
En Mercadona no había cola, los dependientes como siempre muy amables.
Desde el principio, cuando empecé a oír esto de la Covid-19, me pareció el nombre de una cooperativa vinícola. Hoy me he puesto manos a la obra y he creado una bodega en mi imaginación y he elaborado un vino extraordinario. Lo he embotellado y al mediodía lo hemos bebido con una fabada riquísima.
Como reza la etiqueta es un “gran confinamiento” con denominación de origen China.
 
También he pensado que voy a cargar en el navegador del móvil el plano de la casa. Así podré ir de una habitación a otra sin problemas. Por ejemplo, estoy en el salón y quiero ir a la cocina: el navegador me dirá, levántese del sillón, al llegar a la mesa tome la segunda salida hacía el pasillo, siga por el pasillo 10 pasos, tome la primera salida a la derecha hacía la cocina, después de 5 pasos ha llegado a su destino. Así seguro que no me  pierdo.
El otro día hice un cortometraje: “Se me va la olla” y estoy pensando rodar una secuela: “Se nos va la pinza”. Si tuviera tiempo rodaría un largometraje: “Lo que el virus se llevo”, pero una producción de tanta enjundia precisa de muchos recursos y tiempo y aunque parezca mentira no tengo tiempo.
Después de comer el cielo a tornado el color azul por un gris plomizo y poco antes de las 6 de la tarde ha caído un chaparrón. 
He hinchado un montón de globos para el balcón, hoy el barrio ha adornado con globos los balcones para la HdA, “la hora del barrio”.

Buenas noches y hasta mañana.

1 comentario:

  1. Buena idea la del navegador ;)
    Aquí el cielo se tornó gris el viernes y así sigue

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