Empieza hoy la
tercera semana de confinamiento y la Semana Santa más rara que nunca pude
imaginar.
Hoy es domingo de
Ramos, la mayoría de las Iglesias cristianas celebran la entrada de Jesús en
Jerusalén montado en un borrico entre un gentío que con palmas y ramos de olivo
lo aclamaba, cumpliéndose así la profecía que recoge el libro de Zacarías del
Antiguo Testamento y que relatan los Evangelios.
| Pedro de Orrente - Museo del Hermitage |
Comienza con un
punto de júbilo una semana que cuando yo era niña, cuando el tiempo pasaba
igual que ahora pero a mi me parecía que lo hacía más lentamente, era muy
seria.
En las iglesias, las imágenes de los
santos se cubrían con un paño morado, en la radio se escuchaba música sacra,
durante la carta de ajuste de la televisión (porque entonces había carta de ajuste y solo un canal) ponían
música que invitaba al recogimiento, el Requién de Mozart o la Pasión según San
Mateo de Bach y emitía películas como Ben-Hur, La túnica sagrada, Barrabás o
Quo Vadis?
Mi madre no cantaba ni nos dejaba poner el tocadiscos.
Cuando era niña iba
a la Misa del domingo de Ramos con “mis mejores galas” y con una palma rizada
que me regalaba mi abuelito Salvador.
Pasaron los años, llego
el Concilio Vaticano II y todos estos
signos externos de recogimiento y duelo desaparecieron, no se cubren las
imágenes, cambiaron mucho las formas de practicar la liturgia y el culto. Y si ha
habido cambios en la Iglesia, ni te cuento los que ha experimentado la sociedad
civil; la mayoría de las cadenas de televisión siguen con su programación
habitual, en muchos casos vulgar e inadecuada. En el ánimo de cada uno está el
seleccionar que hace y que ve.
Los que queríamos ibamos a los Oficios, pero este año no va a poder ser. La pandemia ha trastocado de tal forma nuestra
vida, que solo es posible celebrar esta semana en la intimidad de nuestras
casas y seguir los Oficios en alguna cadena
de televisión, en Trece por ejemplo.
En dos ocasiones en las que he estado en el Vaticano, he visitado la Basílica pero hasta hoy no había podido apreciar una visión inaudita de este templo gracias a las cámaras: la basílica sin turistas y con planos de cámara que permiten ver detalles que de otra forma no se aprecian.
En uno de mis viajes a Roma, tuve la fortuna de hacer una visita privada a la Capilla Sixtina y a los Museos Vaticanos, todo un lujo. No se permitían las fotos, pero alguna hice con más riesgo de ser descubierta porque éramos un grupo muy reducido.
Día tranquilo. Facetime con los niños; Daniel nos ha contado que están haciendo "una carrera" y él por ahora va el primero, su pepita de girasol ha sido la primera en germinar, cada uno ha plantado una pipa, las han identificado con una estacas (la suya por supuesto de color verde) y a esperar a ver cual crece más aprisa.
La HdA.
Cena, un rato de televisión y a dormir.
Mañana será otro día y van veintidós.
- Pedro de Orrente, un pintor del barroco español que nació en Murcia en 1580 y murió en Valencia en 1645

No se hacia donde va esta sociedad falta de valores religiosos. Que buenos recuerdos me trae la Semana Santa. Además para mí tiene un gran valor sentimental porque cuando me diagnosticaron el cáncer de pulmón coincidió con la Semana Santa de hace once años y me ayudó a prepararme espiritualmente para abandonar este mundo en paz. Pero a Dios gracias aún sigo dando la vara con mis fotografías.
ResponderEliminarCreo en los milagros y me siento afortunada por tener fe, confiar en Dios y esperar de su misericordia lo mejor. No sabes cuánto me alegra que comparamos estos sentimientos y que te encuentres sano y bien, aunque tengamos que sufrir tus precisas fotografías (je je)
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