Día quincuagésimo

Hoy domingo se celebra el día de la madre. Cuando yo era niña, el día de la madre se celebraba el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada.
Lo mejor del día, la foto de las flores del jardín de Lucia que me ha mandado por WhatsApp por ser mi hija y la conexión por Skype con Inglaterra
Llevamos 50 días “confitados” como dice Herrera en la Cope. 50 un número que me gusta.
El cuadro de Goya que hoy procedería mostrar es el que representa Los fusilamientos de la montaña del Principe Pio, que ocurrieron tal día como hoy 3 de mayo de 1808, ero ayer ya lo mostré transformado en meme. Por eso hoy os muestro “La carga de los mamelucos” que ocurrió el día 2 de mayo.
Los efectos indeseables de la Covid-19 van a ser muchísimos, muchos más que los que a primera vista puedan parecer. Y como una imagen vale más que 1000 palabras, la imagen que pongo, que es una representación metafórica de las consecuencias del coronavirus, me ahorra muchas palabras. Está en inglés pero lo que pretendo mostrar se entiende.
El día 10 de confinamiento, ya advertí, que más importante que preocuparse de la  condición física  en el confinamiento, era el entrenamiento mental. Un entrenamiento para una carrera de fondo, y no de 5.000 o de 10.000 metros, esto es más que una  maratón.
Un estudio publicado por la Revista The Lancet  indica que la cuarentena suele ser una experiencia desagradable para quienes la padecen, es una situación que nos separa de los   seres queridos, perdemos libertad, vivimos con temor e incertidumbre y esto puede conllevar efectos dramáticos. El impacto psicológico del confinamiento es inevitable.
Una persona recluida durante mucho tiempo en una casa, aunque esté acompañada, puede desarrollar un cuadro que se denomina “cabin fever” y que se traduce al castellano como síndrome de la cabaña.
Las personas pueden presentar temor, nerviosismo, tristeza, culpabilidad, ira, insomnio,   depresión y un largo etcétera de sentimientos negativos. He incluso pasado el confinamiento los síntomas de estrés postraumático y depresión pueden perdurar durante varios meses.
La fiebre de la cabaña se ha reflejado en la literatura, por ejemplo en “Novela de ajedrez” la última novela de Stefan Zweig escrita poco antes de su suicidio, (un autor que me parece que le encanta a mi amigo Luis), también en “Crimen y castigo” de Dostoyevski. En el cine aparece en “La quimera del oro” de Chaplin, en la que hay una escena particularmente cómica, cuando muerto de hambre se come los cordones del zapato como si fueran spaghetti.
Y también aparece en un episodio de los Simpson: “La montaña de la locura”, cuando Homer queda encerrado con el señor Burns en una cabaña aislados por la nieve.
En vez de tantas normas tontas para la desescalada, hubieran acertado dando pautas para la prevención de los problemas psicológicos que la gente va a tener.
Esta mañana me ha dado casi un ataque de risa cuando he oído en la radio algunas de las normas por las que se tiene que regir las peluquerías cuando habrán mañana: “ no se podrán utilizar los servicios (entiéndase WC) a menos que sea necesario”, no sabía yo que  la gente iba a la peluquería a hacer “sus necesidades”, por decirlo de una forma fina.
Sigo sin conocer el misterio de las compras masivas de papel higiénico cuando empezó el   confinamiento.
Ayer sábado, el primer día de la fase 0, ya hubo victimas de la “descalabrada” en Valencia. Yo tampoco voy a salir hoy, a las seis de la mañana, a la hora que empieza “mi  turno”, todavía era de noche.
La única fase de la desescalada que me interesa es la que me permita ir a comprar al “chino”. Y me dan lo mismo las palabras de ayer del presidente Sánchez: «No hay plan B. Todos los países están utilizando una instrumento semejante al que  nosotros estamos…”
 
El confinamiento terminará para mí el día que se abra el espacio aéreo en Europa. Lo demás no me importa.

Creo que en este momento ya hemos llegado a reconocer lo felices que éramos sin saberlo, haciendo cosas sin importancia que ahora no podemos ni soñar. Hemos de valorar lo que tenemos.
El confinamiento nos ha permitido reflexionar sobre la necesidad de vivir más despacio y con menos cosas.
Espero que la experiencia haya servido para no volver a cometer algunos errores que se han cometido. Pero hay irresponsables que no aprenderán nunca.
Cuando nos encontremos no me abracéis, no me deis besos; soy un cardo borriquero como decía mi abuela. Nunca me han gustado los saludos efusivos, me molesta que gente que no conozco de nada y me acaban de presentar, me salude con un abrazo o un par de  besos. Prefiero el saludo japonés o como recomienda Angela Markel "se puede cambiar el apretón de manos por una mirada a los ojos con una sonrisa".
Como esto se está prolongando mucho más de lo que podía imaginar, hace unos días decidí poner punto final al "Diario del confinamiento", y ese día ha llegado. He publicado durante 50 días lo que se me iba ocurriendo, no he agotado los temas pero no voy a seguir. Volveré a escribir en el blog “Cosas mías”, mi blog de siempre, el día 13 de este mes cumplirá 13 años, muchos años para un blog.
Quiero dar las gracias a todos los que me habéis seguido, a los que han hecho comentarios y a los que no. Gracias Marina C.  Salvador, Marina P, Lola, Luis Ángel, Amparo, Fina, Marian, Herminia, Mercedes, Rafa, Pepe, Felipe, Luis Fernando, Cristina, Celso, Carmen, a vosotros os “he pillado”; gracias a todos por vuestra benevolencia.
El 1 de mayo ”Anónimo” en su comentario adivinó el final del blog. Cuando tenga tiempo pasaré a Pdf las entradas del blog;  es el premio que pensaba dar al que acertara la fecha pero no sé quien es. Puedo "repartir premios para todos", si alguno de los lectores del blog quiere el Pdf que me escriba un email a laleschapa@gmail.com y se lo mandaré en cuanto lo tenga y pueda.

Escribiendo me he sentido más cerca de vosotros, me gustaría pensar que os he entretenido. He procurado no hacer una abstracción selectiva de lo que me ha ocurrido, para reflejar mejor el día a día del confinamiento. A mi me ha servido para desahogarme aunque no fue ese el propósito que me marqué al empezar, mi objetivo fue el conservar la “memoria” de una época singular.
Tened esperanza y hasta siempre.

Día cuadragésimo noveno

Hoy 2 de mayo, es fiesta en Madrid, para mí un día más de confinamiento. Haciendo un guiño a mis amigos de Madrid, he hecho cocido para comer. Podía salir a pasear en la franja horaria a la que me obligan, pero no he salido, ni me apetece ni he tenido la voluntad de hacerlo.
He dicho voluntad, una palabra que me parece clave en la vida.
El diccionario de la RAE, para la palabra voluntad, tiene hasta 12 acepciones, todas interesantes pero la tercera me parece fundamental.
Voluntad del latín “voluntas”, derivado de “volo”, “yo quiero”; es el deseo consciente dirigido a un fin. No podemos identificar voluntad con deseo pero es necesario que vayan unidos. Los deseos tienden a satisfacer necesidades, la voluntad humaniza esos mismos deseos, organizándolos y dándoles un significado personal. La voluntad implica hacer elecciones, admitir o rechazar.
“La voluntad de ser feliz” es el titulo de un relato de Thomas Mann y es una gran verdad si a la voluntad añadimos la resiliencia, sobre la que ya escribí.

Soy consciente de que para cada uno el mismo confinamiento es diferente, Somos únicos, diferentes; los conocimientos, las experiencias, las habilidades y la actitud son distintos en cada persona, condicionan nuestra manera de ser.
Los párrafos anteriores la sabiduría popular los resume con los correspondientes refranes: “Querer es poder”, 
“Genio y figura hasta la sepultura”.
En momentos de crisis tenemos que tener la suficiente fuerza de voluntad para no desanimarnos, hemos de aprender a valorar las pequeñas cosas de la vida; volviendo al refranero popular: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” y hablando de refranes, hay uno que me encanta y lo aprendí de mi amiga Marian: “més val enveja que llàstima”  que traducido al castellano dice: “más vale envidia que lastima”.

Cada uno vive el confinamiento dependiendo de muchos factores, culturales, económicos, el estilo de vida, la personalidad, la percepción que tenemos de la situación y sobretodo de la motivación.
Como ya he dicho en otras ocasiones, yo soy una afortunada y en este caso lo digo porque tengo conexión a la Internet. ¿Os imagináis como hubiera sido el confinamiento sin la tecnología que tanto nos ayuda en el día a día? No quiero ni pensarlo.
Hay personas que han tenido que teletrabajar, los hogares se han tenido que convertir en aulas virtuales, hemos podido estar en contacto con familiares y amigos por Whatsapp. Los abuelos, y digo abuelos en el único sentido en el que yo utilizo esta palabra, han podido ver y hablar con sus nietos por videoconferencia. Hace muchos años que las nuevas tecnologías me cautivaron, no me imagino mi día a día sin Internet, prescindiría antes de la lavadora, del lavavajillas y si me apuran de la nevera. La informática me ha facilitado muchas cosas en la vida, el trabajo, el ocio, las relaciones sociales... Tengo amigos que he conocido por las redes sociales y gracias a ellas me he reencontrado con amigos de los que me había alejado.
He aprendido un montón y disfruto muchísimo, puedo estar escribiendo el blog y tantas cosas… Pero soy consciente de que no todos tienen tantos medios y aún el nivel de alfabetización digital es bajo en algunos sectores de la sociedad. Cuando pienso en esto recuerdo a mi madre, una de las personas más cultas que he conocido, ahora sería una analfabeta digital ¡que pena!
Al principio de la actual crisis leí en un periódico un articulo en el que invitaba a procrastinar en este confinamiento. Me pareció una recomendación poco acertada y llevábamos muy pocos días; ahora que ya llevamos 49 días me parece una barbaridad. Procrastinar, para el que no lo sepa, es aplazar las tareas que debemos hacer y diferir las responsabilidades atendiendo a otras actividades que nos resultan más gratificantes pero son irrelevantes; es una forma de evadirse de la realidad, usando otras actividades como refugio para no enfrentarnos a una responsabilidad o una decisión que debemos tomar. Procrastinar no entra en mis planes y no lo aconsejo en una situación como la que estamos viviendo.

No puedo dejar de dedicar un recuerdo a D. Benito Pérez Galdós hoy 2 de mayo y precisamente este año que se conmemoran los 100 años de su muerte.
El cabildo de Gran Canaria ofrece su obra completa en epub en este enlace.
En 1912, Galdós pronunció un discurso que retrata perfectamente la situación política que atraviesa España; el discurso está recogido en el libro “La fe nacional y otros escritos sobre España” y es absolutamente profético.

Creo que mañana tampoco saldré a pasear. El que se decida a salir que se ande con cuidado, no sea que tropiece, se caiga y tenga que recibir asistencia sanitaria, el virus esta confinado en el hospital. Creo que no se han sopesado los inconvenientes de la prohibición de los paseos en espacios abiertos de la gente mayor. La inactividad y la falta de exposición al sol, ha podido provocar una osteoporosis más marcada de la que ya pudieran tener y la osteoporosis va a dar lugar a fracturas, el viejecito que no ha caído por el coronavirus caerá  por una fractura de cadera. Por favor cuidaos. No entiendo en que se basan para marcar muchas de las normas del confinamiento: se puede salir a la compra o a pasear a la mascota y no se puede dar un paseo al aire libre ¿cual es la razón?
P. ha hecho trampa, ha salido esta mañana pronto y otra vez esta tarde, pero solo un  un ratito, dice que se ha cansado, que nota la falta de costumbre del paseo.
Tarde tranquila, viendo la televisión, leyendo, paseando por el pasillo rezando el Rosario.
Y a las 20 horas la última fiesta en el balcón,  música, felicitaciones. aplausos y despedida con el Himno Regional y el Himno Nacional. Los chicos del CollVert se han despedido, han dado las gracias a los vecinos del barrio (a mi me han nombrado). Cuando empecé a salir al balcón era de noche y ahora salgo con gafas de sol. Yo no voy a salir más, ni aplausos ni caceroladas, el tema ya ha dado de si lo que tenía que dar, cada uno va a la suya y el Desgobierno no se merece que se abolle mi batería de cocina.
Cena. Buenas noches y ha pasado un día más y queda un día menos.

Día cuadragésimo octavo

Hoy voy a empezar con una buena noticia. La buena noticia no es que mañana ya voy a poder salir de casa a pasear, eso no me preocupa. Tampoco que hoy es el 1 de mayo, fiesta, no se nota.
La buena noticia es que ayer cumplió 100 años el Capitán Tom Moore.
Este señor, un anciano venerable, es un ex oficial del ejército británico que sirvió en la India y en la campaña de Birmania durante la Segunda Guerra Mundial. Diagnosticado en 2018 de un cáncer de piel, es portador de tres prótesis, una de cadera por una fractura y dos de rodilla y camina con ayuda de un andador; el capitán Tom, como se le conoce cariñosamente, se  planteó el reto de caminar por el jardín de la casa de su hija, en donde vive, 100 veces  antes de cumplir el siglo de vida, el objetivo era recaudar1,000 £  en su página JustGiving, para donarlos al Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés). Sus expectativas se han visto sobrepasadas gracias a múltiples donaciones, el Capitán Tom ha recaudado más de 30 millones de libras. Y los ingleses y su primer ministro Boris Johnson ayer lo felicitaron y le mostraron su agradecimiento.
Es parte de la cultura inglesa el organizar y practicar la ayuda desinteresada en comercios, escuelas y asociaciones organizando rifas y eventos para recaudar fondos para diferentes "cruzadas".
Me encanta la costumbre inglesa de las “charity shop”, que venden productos usados a bajo precio y dan sus ganancias a organizaciones  de caridad. Y en otro orden de cosas, también me gusta la costumbre del “car boot sale”, si os apetece, leed la entrada en el   blog "Cosas mías". 
Estas cosas son impensables en esta España de mis pecados.
Y vuelvo a la realidad de mi país.
 
Para manipular no hace falta mentir, basta con no decir la verdad u omitir el tema que  interesa. Para manipular no hace falta convencer, hay que repetir una y otra vez en los medios de comunicación imágenes e ideas cargadas de intención ideológica.
El lingüista Noam Chomsky elaboró una lista con las “10 Estrategias de Manipulación mediática” a través de los medios de comunicación. En esta crisis se han usado todas. Enumero las claves y cada uno que opine. Si alguien quiere conocerlas a fondo en Google encontrará información completa.
1. La estrategia de la distracción
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones
3. La estrategia de la gradualidad;  para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad
9. Reforzar la autoculpabilidad y
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen y así el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos

Y a propósito de la manipulación, también me parecen curiosas algunas frases de gente “famosa”:
“Las sociedades liberales muchas veces son manipuladas por una supuesta libertad de expresión detrás de la cual se esconden intereses de dominación.”  Se atribuye, nada más y nada menos, a Hugo Chavez.
José Luis Sampedro dijo: “¿La gente está loca? No, la gente está manipulada.” 
Y Punset afirmó: “Aislamiento, control, incertidumbre, repetición del mensaje y manipulación emocional son técnicas utilizadas para lavar el cerebro.”
Por eso me parece una gran tragedia la ignorancia. Una ignorancia que hace muy frágiles a los ignorantes, que permite que sean dominados por mitos, dirigidos por la publicidad organizada, ideológica o no; los ignorantes renuncian, sin saberlo, a la capacidad de discriminar y decidir por ellos mismos. Yo cada día rezo por ellos. Y estas cosas me hacen  pensar en algunas ideas de Ivan Illich.
El Ivan Illich al que me refiero no es el personaje de Tolstoi.
Fue un polémico y polifacético autor austriaco que entre otras cosas decía  “Es una característica de esta sociedad superindustrializada que la gente desee ser enseñada, movida, tratada o guiada en lugar de aprender, curar y encontrar su propio camino”
Y otras perlas del Illich:
- “La medicalización de la vida no es sino un sólo aspecto del dominio destructor de la industria sobre nuestra sociedad… Las estrategias médicas fracasan porque concentran demasiados esfuerzos en la enfermedad y muy escasos en cambiar el ambiente que enferma a la gente…”
- “Una sociedad que valora la enseñanza planificada por encima del aprendizaje autónomo no puede sino enseñar al ser humano a sujetarse a su lugar mecanizado….”
Para mantener la salud mental, ya hace tiempo que se recomienda, evitar la sobreinformación y las noticias no contrastadas. Hubiera sido bueno en esta crisis, contar con "información oficial" digna de crédito, pero precisamente la información "oficial"  ha sido la peor. Al principio de esta pandemia  me suscribí a las noticias del Gobierno Británico. Cada novedad institucional se me comunica por email, yo elegí recibir la  información diariamente.
La metáfora bélica que se ha utilizado en la  información de la crisis del coronavirus no me parece adecuada. No estamos en guerra, esto es una crisis sanitaria, económica y social, es una catástrofe. Los discursos de Pedro Sánchez desde que estalló la crisis del coronavirus tenian al principio un marcado carácter belicista.
De hecho, ese eslogan repetido hasta la saciedad desde los pasillos del Gobierno de que se "hará lo que haga falta, donde haga falta y cuando haga  falta", no es nuevo, sino que ya lo utilizó Bush en el discurso del Estado de la Unión de 2003. De hecho, Bush también utilizó frases como "ganaremos esta guerra unidos" o "nuestra unión nunca ha sido más fuerte". Frases sorprendentemente similares a las pronunciadas por Sánchez durante estos días de crisis. "Obtendremos una "victoria total" frente al enemigo".
Las consignas belicistas que se escuchaban sin cesar pretende imponer en la población una conciencia de estado de guerra  que permita mantener a la ciudadanía del lado del Gobierno.
El gurú de Sánchez, Iván Redondo, por emular a los líderes norteamericanos, le ha llevado a límites insospechados.  
Parafraseando a Churchill en dos ocasiones ha dicho: "resistiremos" y el sábado 5 de abril parafraseando a Kennedy, Pedro Sánchez dijo: " ¿Qué puede hacer vuestro país por vosotros”
El presidente usaba una retorica pomposa,  un lenguaje bélico porque necesita que esto  sea una guerrra para buscar un enemigo, para no responsabilizarse de la situación actual y para ser el vencedor de la guerra contra el virus; quiere presentarse como el gran lider que nos tuvo confinados para protegernos.
Se ha impuesto la metáfora de la “guerra” como  justificación de las medidas radicales tomadas contra el virus. Hablan de una “contienda bélica” y de una “guerra irregular” en la que todos “somos soldados”, invocando una “moral de combate” y reivindicando los “valores militares” para afrontar la amenaza colectiva. Incluso la titular de Hacienda declaró que «estamos en guerra con otros países para conseguir material sanitario chino»
Pero creo que se han dado cuenta y ya las alusiones  a "la guerra contra el coronavirus" han disminuido.
Que les quede claro: esto no es una guerra ni nunca lo ha sido, es una epidemia, un problema sanitario, una catástrofe en la que la gente sufre y muere por una enfermedad que no se supo o no se quiso prevenir ni gestionar en condiciones. La única victoria será de la ciencia y eso no depende de Sánchez.
 Y ya puestos  les convendría saber a esta gente que nos desgobierna lo que dijo William Westmoreland: "Los militares no comienzan las guerras. Los políticos comienzan las guerras" y también lo que dijo Aristóteles: "No es suficiente ganar la guerra, es más importante organizar la paz"

Mi hermana Herminia me ha mandado por Whatsapp un ramito de muguet porque es costumbre francesa regalarlo el primero de mayo.

Yo también os lo quiero regalar.
Tarde tranquila, día soleado. Me he cosido una mascarilla de color arena dorada para cuando salga que me quede bien con cualquier prenda de ropa que me ponga, mientras he estado oyendo  a Simon&Garfunkel (no me gusta nada el ampersand del tipo Trebuchet, que es el que utilizo para escribir el blog). Si tienes curiosidad por el ampersand puedes  hacer click aquí y serás remitido a la entrada del blog "Cosas mias".
Salgo al balcón justo a las 20 horas, aplaudo un minuto, ponen el Himno Nacional, lo escucho y adentro de casa.
Cena, un rato de televisión a dormir, mañana será otro día.

Día cuadragésimo séptimo


Laboratorios de todo el planeta han empezado una carrera contrarreloj para dar con la vacuna que frene el progreso de la pandemia de la Covid-19.

Pero el mayor problema no es diseñar la vacuna, sino comprobar su seguridad y eficacia en los humanos, lo que puede tardar al menos un año.

Ya en enero se publicaban noticias sobre la creación de la vacuna y como ocurre con la publicación de muchos avances en Medicina, se lanzaron las campanas al vuelo.
La vacuna es una preparación que trata de generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Esta preparación es un "medicamento biológico" creado a partir de microorganismos (bacterias o virus), muertos o atenuados, o productos derivados de los mismos.

La vacuna genera en el organismo inmunidad frente a una determinada enfermedad, estimulándolo para que produzca anticuerpos que actuarán protegiéndolo frente a futuras infecciones, el sistema inmune podrá reconocer el agente infeccioso y lo destruirá.

Realmente lo que hacen las vacunas es engañar al organismo y concretamente al sistema inmunológico, haciéndole pensar que está siendo atacado por un agente infeccioso y obligándole a defenderse.
El inventor de la vacuna fue Edward Jenner, un médico rural ingles, de Berkeley. Él conocía la variolización, una técnica de profilaxis de la viruela  antiquísima, utilizada en China e India y que había llegado a Inglaterra en 1717 gracias a Lady Montagu, esposa del embajador inglés en Constantinopla.
A Jenner, que era un gran observador,  se le ocurrió la idea de la vacuna al escuchar a una granjera de Sodbury decir:  "Yo nunca tendré la viruela mala porque he tenido la viruela de las vacas”. Estuvo veinte años estudiando este fenómeno y la forma de desarrollar el método de inmunización, sus estudios culminaron con la creación de su vacuna. El 14 de mayo de 1796, Jenner probó su vacuna inoculando a James Phipps, un niño de ocho años, hijo de su  jardinero. Raspó con el pus de las ampollas de la viruela de las manos de una ordeñadora infectada de la viruela vacuna por una vaca llamada Blossom (cuya piel actualmente cuelga en la pared de la Biblioteca de la Escuela de Medicina de San Jorge, en Tooting).
Más tarde Pasteur en el año 1880 descubrió la vacuna frente a la rabia, y está considerado el padre de la vacunología científica.
El quinto día de confinamiento comenté algo sobre la expedición de Balmis, el español que llevo al Nuevo Mundo la vacuna de la viruela.
Las vacunas constituyen, junto a la potabilización del agua, una de las medidas sanitarias que mayor beneficio han producido y siguen produciendo a la humanidad.  Previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias y muchas muertes.
Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no vacunadas que viven en su entorno. Con ellas se consigue la inmunidad de grupo, o inmunidad de rebaño.
La inmunidad de rebaño, también conocida como inmunidad colectiva, se da cuando un número suficiente de individuos están protegidos frente a una determinada infección y actúan como “cortafuegos” impidiendo que el agente infeccioso llegue a los que no están protegidos.
Angela Merkel a principios de marzo dijo: “Como el virus ya está aquí y la población no es inmune, ni hay una vacuna ni terapia, entre el 60% y el 70% de la población acabará infectada”.
En el caso de SARS-CoV-2 se ha calculado que la inmunidad de rebaño se podría conseguir cuando más del 70 % de las personas estén protegidas.
Cuando gran parte de la población ha superado la enfermedad, se han vuelto inmunes a ella y en teoría no pueden contagiarse ni ser contagiados, así se frenan los casos, se consigue la inmunidad de rebaño.
Esta inmunidad de rebaño se hizo famosa en esta crisis, cuando Boris Johnson anunció la estrategia de su Gobierno para combatir el coronavirus.
El Gobierno británico decidió seguir una estrategia en cuatro fases para detener el avance del coronavirus.
La primera fase fue la de contención, aislando a los primeros casos, buscando a los contactos y manteniendo su cuarentena.
La segunda fase, denominada de retardo, consistía en proteger a los más vulnerables (ancianos y enfermos crónicos) pero dejando que el coronavirus se propagara entre el resto de la población. El objetivo de esta segunda fase era que se infectaran un número suficiente de personas como para adquirir inmunidad de rebaño.
El fallo de esta idea, que tampoco era tan descabellada, fue el creer que en la fase de retardo la población se iría infectando paulatinamente, sin colapsar el sistema sanitario y que daría tiempo a conseguir los avances médicos necesarios para vencer al virus (tratamiento y/o vacuna), pero esto no ocurrió.
Se equivocaron con sus previsiones y tuvieron que cambiar a la estrategia que otros países han seguido. Las medidas no son tan rígidas como aquí.
Si le hubiera salido bien, hubiera sito una jugada maestra, pero como no le salió bien, ahora solo le llueven críticas.
Parece que estuvo mal aconsejado por Dominic Cummings consejero del primer ministro que es licenciado en Historia Antigua y Moderna por Oxford.
Por ello el ex asesor científico del gobierno, David King, dijo que le parecía sorprendente que los asesores políticos se pudieran entrometer en cuestiones científicas: "If you want scientific advice, it is tremendously important that it does not have any political bias."  (Si desea asesoramiento científico, es tremendamente importante que no tenga ningún sesgo político) ¿os suena esto de  algo?
El sueño de todo epidemiólogo es que se alcance la inmunidad de grupo en todas las infecciones.
Yo tuve una mala experiencia con la vacuna de la gripe estacional; hace muchos años, cuando empezó la vacunación del personal en el hospital, me vacunaron; la vacuna me dio una gran reacción y pasé la peor gripe que he pasado nunca, con fiebre muy alta y me dejó una ageusia durante varias semanas. Cuando al principio de la crisis por el coronavirus comentaron que algunos pacientes habían sufrido perdida de la capacidad de apreciar los sabores (ageusia)  me acordé de mi primera y única vez que me he vacunado contra la gripe.
Esperemos que lo antes posible se encuentre una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2.
Mientras tanto protejámonos con lo que tenemos y está probado que funciona: extremar las medidas de higiene, hacer especial  hincapié en el lavado de manos,  reducir el contacto personal, lo que ahora se  llama distanciamiento social  y utilizar mascarilla, cualquier mascarilla es mejor que nada.
Seamos responsables y no actuemos solo cuando  nos lo impongan, hagamos uso de la libertad de decidir sobre nosotros mismos. 


Las noticias de hoy son las reacciones al "maravilloso"  Plan de Transición hacía una  Nueva Normalidad; no le ha gustado a nadie. Y lo mejor, la respuesta de la ministra Ribera ante las críticas al plan por parte de los hosteleros. Solo le ha faltado añadir: "y que les den".
No me gusta nada las franjas horarias a la que desde el sábado podré salir a pasear, de 6 a 10 horas y de 20 a 23 horas, me gusta más el horario de los mayores de 70 años. La señora Ribera, me diría "pues que no salga".
Tarde tranquila y noche también.
Hasta mañana.

Día cuadragésimo sexto


Yo lo tengo claro, nos han manipulado; ¿estamos en un estado de alarma o en un estado de excepción?,  juristas y políticos no se ponen de acuerdo, la clave radica en la libertad de circulación, que unos ven suspendida y otros, restringida, pero eso ahora poco importa.
Ayer el Consejo de Ministros aprobó el Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad, ¡toma título! casi tan largo como el de la novela que estoy leyendo. 

El Presidente del Desgobierno, Pedro Sánchez compareció en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para presentar el plan, un planazo. Advirtió que
"el proceso no será uniforme, sino asimétrico y con distintas velocidades, pero coordinado, para que se rija por unas mismas reglas".
Dice Sánchez que el Gobierno tiene el horizonte y la estrategia clara, debe de ser el único.
Añade que elegirá siempre la prudencia frente al riesgo, (a buenas horas mangas verdes).
Información confusa y difusa, que ha llenado a todos de dudas.
Desescalada, una nueva palabra. Nueva normalidad ¿pero eso qué es?.
Hay quien se ha tomado la molestia de hacer esquemas y carteles de las fases, que son 4 pero son 3. No servirán de nada, en cualquier momento cambiaran las normas. Ya nos tienen acostumbrados a decir una cosa y la contraria en un instante y sin inmutarse, (donde digo digo, digo Diego).
Salvador Illa ha dado hoy algunas pistas más de la "desescalada Ikea"; Fernando Simón ha contestado en la rueda de prensa de esta misma mañana que todas las indicaciones del plan vendrán acompañadas de un documento con instrucciones como  "un folleto como el que viene en los kits de los muebles prehechos", (¿en tantos idiomas?).
No podian haber encontrado mejor tipo para dar la cara en esta situación, es un hombre riguroso y sereno. Yo le recomendaría que vaya pidiendo hora en la peluquería.

Me asaltan muchas dudas, que digo muchas, muchísimas. Lo único que tengo claro es que después de manejarnos a su antojo, nos hacen responsables de la deriva de la crisis. Si sale bien, se ponen medalla, si sale mal, los ciudadanos tenemos la culpa. (Toma del frasco Carrasco).

Ya he dicho en otras ocasiones, que soy muy afortunada, estoy jubilada, me encanta estar en casa y estoy sana; mi casa de la playa está en la misma provincia y no tengo escrúpulos de conciencia. Pensando solo en mí, me da igual que abran o cierren las iglesias, los bares, los restaurantes, los hoteles, las peluquerías etc lo único que me importa es que vuelva la ruta Valencia-Bristol de Ryanair y que abran los chinos para comprar lana, rotuladores y algunas cosas por el estilo.
Pero no soy tan egoísta y pienso en las dudas que los demás pueden tener: si no abren los colegios hasta septiembre y los padres tienen que salir a trabajar y no se puede ir a casa de familiares y amigos ¿con quien dejan a los niños?. Si abren los hoteles, pero no se pueden usar las zonas comunes, si no te puedes desplazar a otra provincia ¿quien va a cambiar el confinamiento de su casa por el confinamiento en el hotel, que además está a un paso de casa? y además pagando. Solo se pueden practicar deportes individuales, pero ¿por qué no se puede jugar al tenis?  Y al golf ¿se puede?. Puedes tomar una cerveza con un amigo en una terraza, pero no puedes invitarlo a tu casa, esto seguro que  lo hacen por mejorar la situación de la hostelería. Ja Ja Ja.
Pero ¿qué es eso de la nueva normalidad?, casi prefiero volver a la antigua anormalidad. Dicen que volveremos a una normalidad distinta, extraña, entonces ¿qué normalidad es esa? ¿la normalidad puede ser extraña?; me sigue llevando de cabeza el tema de la asimetria, le doy vueltas y sigo sin entenderlo.
Los actores del “Desgobierno”, desconciertan, improvisan, rectifican, mienten, confunden, nos manejan y nos tratan como a bobos, y son ellos los que son ineptos, torpes y en general con una debilidad intelectual evidente.
Si tenéis ganas de leer 28 paginas, os dejo un enlace al Pdf de Moncloa con el Plan (de hoy, mañana tal vez haya otro plan) ¿por qué será que me suena a los hermanos Marx y a su diálogo surrealista en “Una noche en la ópera”?

Esta mañana, como me he levantado a las 7,30 h. le he ganado una hora al día y he aprovechado para hacer un pastel de manzana que me ha salido buenísimo, ayer Lucia me mando una foto del kodrit kadir que había hecho y me dio envidia.
No sé cuando terminará de verdad el confinamiento, pero sé hasta cuando voy a escribir este diario, pero no lo voy a decir, “se admiten apuestas”, podéis tratar de adivinar la fecha y ponerla en los comentarios, a ver quien acierta. Lo siento, no habrá premio, ¿o si?.
Hoy ha celebrado la Misa de la Basílica el Excemo y Rvdmo. Señor Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, me gusta lo que dice y como lo dice.
Lo mejor del día: las palabras del evangelio y el comentario posterior de Don Arturo: 

"Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré"

Tarde tranquila, haciendo labor, leyendo, rezando el Rosario. He salido al balcón cuando ha sonado el Himno Nacional.
Cena, un rato de televisión y a dormir.
Hasta mañana.

Día cuadragésimo quinto

Cuando llevábamos doce días de confinamiento ya estaba harta de unas cuantas cosas y en el blog lo manifesté; calculad ahora que llevamos 45 días confinados hasta donde  puede llegar mi hartazgo.
Hay cosas que me cansan pero hay otras que me indignan. Me indignan las mentiras, mentiras constantes y lo peor, en boca de los que nos "desgobiernan".
 
Una de las más gordas y graves, decir que el día 8 de marzo no había motivos para suspender la manifestación feminista. La OMS ya había advertido de los riesgos de la Covid-19  el 30 de enero, ¿ya no leen los del PSOE El País?  y además ¿que hacían en la cabecera de la manifestación las ministras con guantes de látex? guantes de látex de color morado como los pañuelos que llevaban al cuello, muy conjuntadas.
Y siguen contando mentiras, cualquier día nos los vemos cantando sin pudor:
 "ahora que los tenemos confinados,
ahora que los tenemos confinados,
vamos a contar mentiras tralará, 
vamos a contar mentiras..."
También me hartan las tonterías que se propagan para frenar y tratar la Covid-19.
¿Cuántos consejos completamente absurdos sobre cómo matar al virus vamos  a tener que oír?
"Hay que consumir «abundantemente durante el día bebidas calientes como infusiones, caldos o simplemente agua caliente» porque «estos líquidos calientes neutralizan el virus». Y todos los inútiles con la lengua y la garganta escaldadas.
«Unos médicos japoneses» aconsejan beber «agua cada 15 minutos y que la garganta nunca esté seca».
Tomar bebidas alcohólicas o darse friegas con alcohol son dos métodos que se han propuesto para acabar con el virus. Acabaremos achispados, sin preocuparnos por lo que de verdad importa o todos alcoholizados y desinhibidos.
Varios "expertos" de Taiwán afirman poder realizar "test rápidos"  para comprobar si estamos contagiados: inspirar y aguantar el aire durante 10 segundos, de modo que si somos capaces de hacerlo sin toser no estamos infectados.
Y en el ranking de barbaridades, por ahora es Trump el mejor situado; habló de la posibilidad de tratar el coronavirus con «una inyección» de «desinfectante» y hubo intoxicados por hacerle caso, imbéciles hay en todo el mundo.
Recomiendan lavar la ropa a más de 60º, eso tiene sentido para lavar la ropa de cama, las toallas, los pijamas de los pacientes que están en su casa; la ropa de hospitales y de residencias ya se tratan adecuadamente en las lavanderías industriales. El consejo se me ocurre que tiene sentido  si lo que quieren las autoridades es ayudar a la industria textil y a las tiendas de ropa a recuperarse de las pérdidas que están teniendo por estar cerradas; si lavamos la ropa cada vez que volvemos de la calle a las temperaturas que aconsejan, en un lavado o en dos, la destrozamos, tenemos que renovar el armario entero.

Me hartaban y cada vez me molestan más los videos del personal sanitario cantando y bailando vestidos con los "epis", ¿en qué quedamos? se quejan de la falta de material de protección y los usan para disfrazarse; tiene tiempo para ensayar las coreografías y grabarlas, no lo entiendo.

Temiendo estoy que un día de estos, se les ocurre a las autoridades sanitarias, heparinizar a todos los mayores confinados, son capaces de  hacer  profilaxis antitrombótica  por tenerlos inmovilizados. Que no me lean, no quiero darles la idea, son capaces de llevarla a la práctica.
Pensé que se les había pasado la tontería del lenguaje inclusivo: solo hay contagiados, nuevos casos positivos, curados, ingresados en la UCI, muertos y curados; pero no, no se les ha pasado, la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid soltó una de esas "perlas del lenguaje" (entiéndase error lingüistico) a la que son tan aficionados los que quieren imponer el lenguaje inclusivo: "Y es que hay niños con más derechos que otros y niñas con más derechas que otras"
Cualquier día me oigo que hay "nuevos casos" y "nuevas casas" con coronavirus.

Hoy ha muerto Michael Robinson, un tipo divertido, amable, respetado y querido por todos, un inglés que vino a España en 1987 y aquí se quedó. Ha muerto por un cáncer (un melanoma) que le diagnosticaron a final del año 2018.  

En momentos de tristeza o de rabia para evadirnos de la realidad podemos  optar por revivir recuerdos agradables contemplando álbumes de fotos. Hoy he querido volver a Australia. Cuando cumplimos las bodas de plata, decidimos celebrarlo haciendo un viaje inolvidable. El destino elegido fue Australia. Lucia había estado un mes de verano allí, perfeccionando su inglés, y después de oírle contar su experiencia  me apeteció ir. Después de más de 25 horas de vuelo, con escala en Paris, Singapur y Darwin, llegamos a Sidney. Estuvimos 12 días y nos dió para ver los sitios más bonitos. Precisamente hoy, hace 20 años, estaba en Ayers Rock. Estuvimos viendo la mágica puesta del sol coloreando el Uluru. Al día siguiente partimos hacia Cairns para acabar nuestros días en Australia disfrutando de la Barrera de Coral. Un viaje maravilloso e inolvidable.
 
Y ha pasado un día más.
Al balcón he salido cuando en los altavoces de CollVert han puesto el Himno Nacional.
Esta noche leeré la ocurrencia del gobierno para la "desescalada", una palabra que se han inventado. Una cosa que me intriga, en que consiste la simetría de la desescalada, porque si va a ser asimétrica, es porque podría ser simétrica.... la gallina.
Cena. Un rato de televisión y a dormir. Buenas noches.

Día cuadragésimo cuarto


Mi tristeza de ayer ha tornado en rabia.
Rabia al ver el espectáculo bochornoso que ayer nos brindaron unos padres irresponsables.
Generalizar no es bueno, no todos son irresponsables pero si muchos, muchos no,  muchísimos. Muchos españoles no tienen solución.
Siempre hay una gota que colma el vaso, lo de ayer fue una gota más y en España nos encontramos muy cerca de que el vaso rebose.
Hay muchos padres irresponsables y no solo lo digo por su comportamiento de ayer y además cuando digo padres, me refiero, como dirían los que utilizan el lenguaje inclusivo, a padres y madres.
Todos hemos visto como hay padres que dejan alegremente que sus hijos jueguen en una tienda, en un restaurante o en la playa sin estar pendientes de sus pequeños, pero eso sí pendientes del  móvil.
Son personas  sin educación o mal educados por los mayores, que para evitar que sus hijos sufrieran las carencias que ellos padecieron, les han dado todos los bienes materiales posibles e imposibles pero no les han educado en valores.
La crisis de este país no es solo culpa del coronavirus, es fruto de la falta de principios  morales.
En el mejor de los casos, se ha confundido la "educación" con la “enseñanza” y se han dejado de transmitir valores.
Falta principios éticos;  respeto, justicia, responsabilidad, sacrificio, honestidad son valores que no están de moda, no se valora el esfuerzo, no se tolera la frustración.
Se tiene un exceso de "libertad", un exceso de poder, se creen que todo lo saben, que hay que hacer y decir lo que les da la gana, ofenden e insultan impunemente.
La falta de respeto a los mayores, a las instituciones y a las tradiciones es el germen de muchos de los problemas que tenemos.
En el fondo son personas inmaduras emocionalmente,  que huyen del compromiso, son egoístas.
Por decirlo de forma suave se puede decir que sufren del síndrome de Peter Pan, un problema muy extendido en la sociedad moderna.
Las personas con síndrome de Peter Pan se caracterizan por su inmadurez en ciertos aspectos psicológicos. Pueden ser irresponsables, rebeldes, narcisistas, arrogantes, y viven en la creencia de que están más allá de las leyes de la sociedad y de las normas establecidas. Vamos, se creen los reyes del mambo y desprecian a todos los que no somos como ellos y nos consideran, como poco, bobos. Son incapaces de pedir las cosas por favor, de dar las gracias y pedir perdón. Y lo peor, son una generación incapaz de educar en valores a sus hijos y así de forma exponencial crece el problema.
Ilusa de mí, creía que esta situación les había enseñado algo.

El futuro que nos espera es desalentador, no tanto por la falta de vacunas y de tratamientos para la Covid-19, sino por falta de valores éticos y falta de una buena educación.
Decía Pitágoras  hace ya unos cuantos años: “Educad al niño y no será necesario castigar al hombre”.
El amor, el apoyo, la autoridad y el ejemplo de los padres son irremplazables para la educación de los niños.

Antonio Escohotado, un filósofo como el ministro de Sanidad, decía que: “Un país no es pobre ni rico porque tenga petróleo, es rico porque tiene educación. La riqueza es conocimiento que permite el respeto ilimitado por los demás”.
Dijo Winston Churchill  que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece"y los gobernantes manejan a la sociedad según lo que les interesa. Es un círculo vicioso que nos va a conducir al desastre.
En esta España de mis pecados, no hay políticos vocacionales con altura de miras, que piensen en seguir cuidando del bienestar de las personas, que protejan la naturaleza y que mantengan lo que tenemos gracias al trabajo y sacrificio de nuestros padres y abuelos.
En más de una ocasión he dicho que como a Unamuno, me duele España, el dolor que por mi patria siento, está ya casi en el cuarto escalón de la escalera analgésica de la OMS, empieza a ser insoportable, voy a necesitar cuidados paliativos.
Hoy nada me ha hecho gracia, solo me conforta la Fe. Con estos pensamientos escritos no quiero entristecer a nadie, me he desahogado y espero que si alguno se identifica conmigo, sepa que no está solo y me gustaría procurarle consuelo.

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.” Mateo 5:4

La lista de la compra ya era larga y he salido a comprar con el "uniforme de salir de casa" incluidos los pendientes. He bajado a Mercadona, nada de cola al entrar, estaba bien abastecido (bueno faltaba levadura química) y tampoco cola en la caja; como siempre, todos los empleados muy amables y el comentario del día era la irresponsabilidad demostrad ayer por los adultos que salieron con los niños.

El resto del día tranquilo, voy a empezar una labor, voy a hacer un westie de amigurumi porque solo me queda una madeja de algodón blanco, una pequeña replica de Bruno para regalar a mi amigo Luis.

No sé si influidos por la cacerolada con la que algunos vecinos silenciaron los aplausos, los jóvenes del CollVert no han salido a aplaudir, yo tampoco he aplaudido y solo he salido cuando ha sonado el himno nacional. Precisamente ahora que notaba los beneficios del entrenamiento en los aplausos; al principio al instante de empezar a aplaudir me dolían los hombros, el cuello y me escocían las palmas de las manos, los últimos días  resistía mucho más tiempo aplaudiendo, había mejorado la técnica del aplauso al aplaudir con los músculos trapecios relajados.

Cena, un rato de televisión y espero levantarme mañana más serena,  pero no me voy a  conformar con la degradación moral de esta sociedad.
Buenas noches.