Día vigésimo primero

Salvando las distancias, esta mañana me he sentido como la heroína granadina Mariana Pineda, y os preguntareis el porqué, lo digo porque he cosido una bandera. Mi bandera no lleva bordados, no lucho contra el absolutismo, nadie me va a ajusticiar, quiere expresar mi alegría.

Los jóvenes que organizan “la hora de los aplausos” propusieron que hoy todos los vecinos engalanáramos nuestras ventanas y balcones con banderas. Yo tenía una bandera de España que coloqué en el balcón, allá por el 2017, cuando los ciudadanos quisimos demostrar que estabamos en contra del separatismo catalán, pero la bandera voló un día que hizo mucho viento. Como no puedo bajar al “chino”, no puedo comprar una bandera nueva y como imaginación no me falta he hecho mi bandera. No tengo tela roja y gualda; he vaciado el relleno de una almohada de Ikea, el relleno de poliéster lo utilizaré para rellenar los amigurumis; tenía unos retales de tejido rojo y he decidido hacer la bandera de Inglaterra, no la del Reino Unido. Me he documentado y tras saber que la proporción de la bandera con la Cruz de San jorge es de 3:5, me he puesto manos a la obra y me ha quedado muy chula. 
Esta experiencia me ha servido para aprender cosas sobre banderas, solo hay 3 países que no tienen una bandera con forma rectangular, Suiza, el Vaticano y Nepal. También he aprendido lo que es la proporción en una bandera, la de España es 2:3 y como antes he dicho la de la bandera de Inglaterra  es 3:5, la de Estados Unidos es 10:19.

Cuando vean la bandera en el balcón, los vecinos  entenderán lo que oyeron ayer por la megafonía en la hora de los aplausos, que mi corazón está en el sudoeste de Inglaterra, o tal vez no porque esperarían ver la Union Jack que es la bandera del Reino Unido.

Hace 35 años, la informática me cautivo, a nivel usuario claro está. Cada día que pasa estoy más convencida de las enormes ventajas que tiene la tecnología digital y por si tenía alguna sombra de duda, lo que ocurrió anoche la disipa.

Os voy a explicar la causalidad (que no la casualidad) del suceso de anoche. Los jóvenes del club Coll Vert se han encargado de orquestar “la hora de los aplausos” (a partir de ahora lo escribiré con las siglas HdA); mi querida sobrina Amalia conoce a uno de los chicos del Coll Vert y sabe por mí, que han puesto a disposición del barrio una dirección de correo electrónico donde reciben mensajes que luego ponen por megafonía en la HdA. Se propuso darme una sorpresa y lo consiguió; por Whatsapp se puso en contacto con Lucia, le pidió que mis nietos nos grabaran un mensaje de audio, Daniel y Samuel lo grabaron, Lucia se lo envió a Amalia y esta, a su vez, a su amigo del Coll Vert y anoche lo hicieron público en la HdA.

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Todo el vecindario pudo escuchar la felicitación por el 45 aniversario y el mensaje de mis nietos desde Inglaterra. Para completar la faena, como diría un taurino, Amalia me ha enviado una grabación del momento hecha por los chicos del Coll Vert, y ella, que ha sido la artífice del hecho, también lo ha podido ver en su casa a más de 10 km de aquí. La emoción que sentí  es indescriptible y mi agradecimiento es infinito a Amalia, a los muchachos del club, a mi hija y mis nietos, a la tecnología y a la Providencia Divina que es la que lo ha hecho posible.

Hoy ha muerto Aute. Cuando fui joven la música que más me gustaba era la de Aute, Simon&Garfunkel, los Beatles, Beach Boys y Elvis; eran buenos, son eternos.

Un rato  haciendo ganchillo, otro rato escribiendo, contestando mensajes de Whatsapp y la HdA. Hoy hemos hecho la fiesta de la bandera, muchas banderas de España, de Valencia y además de la mía de Inglaterra he visto banderas de Italia, Jamaica, Estados Unidos y Austria. Muy emocionante.
Mañana será otro día.